sábado, 26 de junio de 2010

DESARRLLO Y SUBGENÈRO

Como hemos dicho anteriormente, habría bastado con suprimir de muchos milagros su parte final para encontrarnos con unas piezas totalmente profanas.
El ejemplo más interesante de estos juegos profanos en el siglo XIII es sin duda el Juego de Robín y de Marión. Se trata, en realidad, de la escenificación de una pastourelle, género lírico-narrativo francés (sin relación con las pastorales italianas que darán, a mediados de este siglo, origen a un subgénero de anticipado corte renacentista).
En las pastourelles se nos cuenta esencialmente cómo una pastora es cortejada por un caballero, dando lugar a una serie de escenas tópicas del género (resistencia de la pastora, engaños y promesas del caballero, rapto frecuente de la pastora, persecución por su amigo y sus familiares, etc.).
El autor de la pastourelle en cuestión, Adam de la Halle, innovará sobre estos tópicos, dará un especial relieve a las escenas cantadas, a los coros, a los bailes de los aldeanos... Por todo ello, hay quien ha visto en el Juego de Robín, de Marión la primera comedia-ballet del teatro, incluso la primera opereta.Con el tiempo, el teatro profano se concretó en subgéneros dramáticos. En Francia, por ejemplo, un programa teatral solía constar de varios de estos subgéneros: sermón, monólogo, sotía, moralidad y farsa.
El sermón jocoso consiste en una parodia de los sermones de iglesia y de la lengua sagrada en ellos empleada; del púlpito, en donde llegó a pronunciarse en la fiesta de los locos, tuvo que salir a los tablados para hacer determinados panegíricos, el de Santa Morcilla, por ejemplo.
El monólogo es un subgénero más libre que, según parece, deriva directamente del arte de los juglares. La obra maestra de este subgénero es El arquero de Bagnolet, sátira picante dirigida contra los arqueros de Carlos VII, que reproduce el tópico del soldado fanfarrón, el miles gloriosus (Plauto) de la comedia latina.
La sotía es una parada satírica de tema político; se llama así porque sus participantes se vestían con la indumentaria amarilla y verde de los sots (tontos, locos), con capirote y cetro de la locura.
Por su lado, la moralidad será de signo alegórico. Esta especie cobró un auge sin precedentes en Inglaterra durante el siglo XV. Se centraba particularmente en el tema de la Muerte, personaje, sin duda, de gran teatralidad. No olvidemos que toda Europa se ve invadida por las danzas macabras y que el recuerdo de la muerte - memento mori - constituirá un tema obsesivo en todas las disciplinas artísticas.
En The Pride of Life (El orgullo de la vida), de principios del siglo XV, la Muerte triunfa sobre la Vida a pesar de la heroica resistencia de los Caballeros Fuerza y Salud. Los diablos se apoderarán del alma de Vida, que sólo podrá ser liberada por un milagro de Nuestra Señora.
The Castle of Perseverance
Parecida es la historia de The Castle of Perseverance (El castillo de Perseverancia, principios del XV) y de la más célebre de todas las moralidades, Everyman (todo hombre, finales del XV), cuyo tema ya había sido tratado en Flandes: sólo Buenas Obras acompañarán al hombre ante Dios.
En Inglaterra, además, entre las partes de un misterio o moralidad se podía representar una pieza breve, el Interlude, de carácter igualmente alegórico, que adopta progresivamente un tono divertido, de moralidad degradada. Es posible que en el Interlude se encuentre el germen de la comedia inglesa.
De estos subgéneros el único que perdurará en Francia será la farsa, con igual fortuna que los pasos y entremeses españoles del XVI.
Como sabemos, farsa significa lo que se introduce entre dos partes, en ocasiones entre las dos partes o más de los Misterios.
Destacan las farsas del XV: la Farsa nueva, la farsa del tonelero, la del maestro Mimín y, sobre todas ellas, la Farsa de Micer Patelin, considerada como la obra maestra del teatro profano medieval.
Estas farsas se caracterizan por su acusado realismo en los detalles de oficios, útiles caseros, costumbres, etc.; se detienen con complacencia en los defectos de los personajes, ensañándose incluso con ellos hasta el límite de la caricatura y de lo grotesco.
Sus personajes tópicos suelen ser: el marido ingenuo, enemigo por destino de la mujer, tonta o caprichosa; la suegra, que tomará partido por el ganador; la nuera, que representa al personaje ingenuo del género; el magister pedante, el gentilhombre, el ama, el aldeano rudo y sin modales...
Micer Patelin
Este sería el resumen de la Farsa de Micer Patelin:
Micer Pierre Patelin, abogado escaso de clientes y de escrúpulos, consigue fiada una pieza de paño en la tienda del comerciante Guillaume, prometiéndole a éste su pronto pago. Cuando Guillaume va a casa de Patelin para cobrar su paño, Patelin se acuesta rápido y finge graves dolencias que le hacen delirar en bretón y otros dialectos y jergas incomprensibles para el comerciante. Tras una cómica disputa con Guillemette, la mujer de Patelin, el comerciante se marcha a casa burlado.Guillaume lleva ahora ante el tribunal de justicia a su criado Thibaut Agnelet (que en francés evoca el diminutivo de cordero), al que acusa de robarle sus corderos. Allí encuentra incomprensiblemente al abogado Patelin, al que dejó a las puertas de la muerte poco antes, encargado de la defensa de su criado. Por orden de Patelin, el criado se hará el simple y el bobo, respondiendo a todas las preguntas con un «béee» muy borreguil. Guillaume encuentra una ocasión para acusar al mismo tiempo al abogado que le ha robado su paño y al criado que le ha robado sus corderos. El juez se hace un lío impresionante con esta mezcla de historias y acaba dejando en libertad a Agnelet. Cuando Patelin, tras ganar el juicio, pide a Agnelet que le pague, éste le responde con el mismo «béee» que el propio abogado le había enseñado.

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